Historia de BP

Primer yacimiento

El olor del gas natural es inconfundible, es un olor que puedes ver. Los vapores rosas a través de la luz del sol y el hedor a huevos podridos. Pero para el explorador George Reynolds era lo mejor que había olido en siete años. Era instructor de perforación.

Mientras en Inglaterra, William D’Arcy se encontraba al borde de la desesperación. Había apostado toda su fortuna al petróleo y ahora estaba a punto de perderlo todo. Parecía que todos los geólogos y expertos que le habían asesorado estaban equivocados, y que más allá de las arenas de Persia no había petróleo.

Sin haber puesto nunca un pie en Persia, y sin tener tras de sí grandes historias de aventuras que justificasen su inversión, la única relación de D'Arcy con Oriente Medio eran las cartas y telegramas que recibía de su explorador. Unas misivas que le pedían paciencia, más bien rogaban, para poder continuar la búsqueda hasta que todas las posibilidades se hubieran agotado.

Pero la paciencia, al igual que la fortuna del señor D’Arcy, se estaba acabando. También la de la Burmah Oil Company, que había financiado la expedición de 1904 (con la falsa esperanza de un descubrimiento inminente), que estaba cansada de no encontrar nada.

Reynolds estaba cerca de recibir el telegrama que le advirtiese de su regreso, perforando a 1600 pies de profundidad y a punto de rendirse. Le había llevado 10 días llegar a Shardin, ocho meses comenzar las perforaciones y seis años de trabajo duro sin obtener ningún fruto. Las lluvias torrenciales habían echado por tierra los últimos cuatro meses de trabajos, justo en el mismo lugar donde dos semanas antes una de las brocas de perforación había caído en un pozo.

Pero la noticia estaba a punto de producirse. En la mañana del 26 de Mayo de 1908, el campamento se levantó con la peste del sulfuro. A las cuatro en punto la perforación alcanzaba los 1180 pies y una fuente de petróleo fluía bajo el cielo persa.

Comunicación con Inglaterra
Desde un lugar tan remoto, los telegramas circulan con lentitud, y el señor D’Arcy se enteró de la buena nueva cinco días más tarde. “Si esto es verdad, nuestros problemas se acabaron” afirmaba radiante Reynolds y añadía “No se lo digas a nadie hasta que la noticia se confirme”.

Un año después, la Compañía petrolíferea Anglo-Persa, que un día se convertiría en BP, entraba en funcionamiento. La prensa hablaba del inmenso potencial de la nueva compañía, hasta el punto de que el día que se puso en el mercado de valores de Londres y Glasgow, la gente permaneció cinco días frente a las cajas del Banco de Escocia, desesperados por hacerse con una acción.

Y William D’Arcy, que había estado cerca de perderlo todo, era más rico de lo que nunca había sido antes.

Primeros años 

Para encontrar petróleo en Persia, George Reynolds y su caravana de exploradores habían sufrido durante siete años el calor del desierto, enfermedades y multitud de decepciones. Los siguientes siete años no serían menos complicados para la Compañía Petrolífera Anglo-Persa que un día se convertiría en BP.
Duro trabajo en equipo en un lugar implacable
El territorio montañoso de Naphtha ocupaba 210 kms desde la boca del Golfo Pérsico, justo en el lugar donde la Compañía Anglo-Persa estaba construyendo una refinería para transformar el crudo. Hacerse con un equipamiento adecuado había llevado meses, ahora tocaba construir un oleoducto que pudiera transportar el petróleo por toda la ruta de las montañas.

El oleoducto segmentado se transportó en un buque de carga desde los EEUU, y la tripulación lo subió río arriba en una barcaza. Las mulas hicieron el resto, arrastrando la mercancía con la ayuda de trabajadores que alisaban el terreno más empinado para permitir el paso de los animales. El trabajo que fue lento y meticuloso duró dos años.

A su finalización, la refinería de Abadan se convirtió en la mayor del mundo. En ella trabajaron instaladores, albañiles y empleados de la India, carpinteros de China y peones de la mayoría de los países árabes.

El contingente británico de la compañía incluía al doctor Morris Young, que había acompañado al primer grupo de exploración y había dado asistencia a la mayoría de la gente que vivía en las proximidades del centro de perforación. Partiendo de una tienda de campaña en Masjid-i-Suleiman fundó un hospital allí y otro en Abadan, que se convirtieron en dos de los mayores centros médicos del suroeste de Persia, luchando contra las epidemias y los problemas derivados de la baja calidad del agua.
De nuevo cerca de la bancarrota
En 1914 la Anglo-Persa se encontraba cerca de la quiebra por segunda vez en su corta historia. La Compañía tenía mucho petróleo pero nadie a quien vendérselo. Los coches eran aún muy caros para considerarlos como mercado potencial del petróleo, y las compañías europeas y del Nuevo Mundo tenían arrinconada a la industria del petróleo. Además, no podía venderse como queroseno para calefacción, uno de los principales usos del petróleo en la época.

La entrada en juego de Winston Churchill, que había asumido un nuevo papel en la política británica como Primer Ministro de la Marina, fue definitiva. Los británicos estaban orgullosos de su armada, y sus buques propulsados con petróleo eran la última innovación. Pero mientras encontraban un nuevo y próspero cliente en la Marina Real, la vieja guardia de Whitehall dudaban si confiar o no en el principal rival del carbón.

Churchill era partidario, pensaba que Gran Bretaña necesitaba un proveedor único de petróleo y llevó el caso al Parlamento, conminando a sus colegas a apoyarle “Tened cuidado con la expansión de las regiones petrolíferas en todo el mundo” "Sólo la británica Compañía Petrolífera Anglo-Persa," -dijo, "puede cuidar de los intereses británicos".

La resolución fue sonora, y el Gobierno inglés se convirtió en el mayor accionista de la compañía. Churchill había terminado con la crisis de la Anglo-Persa y nadie podía imaginar en las consecuencias a largo plazo de una compañía que uniera sus intereses financieros con una entidad política.

Dos semanas después, el Archiduque Franz Ferdinand es asesinado en Sarajevo. Seis semanas más tarde Alemania ataca Francia. La Gran Guerra ha comenzado. Y a su fin nadie puede imaginar una guerra sin petróleo.
Dos grandes adquisiciones y una década loca
A pesar de su nombre, la marca British Petroleum fue creada por una firma alemana como una forma de comercializar sus productos en el Reino Unido. Durante la guerra, el Gobierno británico se hace con los recursos de la compañía y el miembro público del consejo de administración los vende a la Anglo-Persa en 1917.

Con ella, la Anglo-Persa consigue una importante red de distribución en el Reino Unido que incluye 520 almacenes, 535 vagones cisterna, 1102 vehículos, 4 barcazas y 650 caballos.

Ese mismo año, con la guerra dando sus últimos coletazos, la Marina Real se queja de que el petróleo de la Anglo-Persa causa problemas en sus motores a bajas temperaturas. La Anglo-Persa compra una mansión victoriana en Sunbury, cerca de Londres, y establece un laboratorio de investigación en el sótano desde donde dirigir todas sus actividades científicas.

La siguiente década, el gas y la electricidad van reemplazando al queroseno en las calefacciones de los hogares, los vehículos alimentados por gasolina empiezan a ser una alternativa al transporte en ferrocarril y la era del automóvil comienza con fuerza. Estos cambios sociales abren una puerta en la que la Anglo-Persa se adentra, extendiendo sus ventas en Gran Bretaña y en toda Europa.

Hacia la II Guerra Mundial 

 Tan pronto como los nuevos “carruajes sin caballos” inundan las calles de Europa y los EEUU en los años 20 y 30, los dispensadores de gasolina BP aparecen por todo el Reino Unido. En 1921 hay 69, en 1925 más de 6000.

En las carreteras de los principales países europeos, las letras BP comienzan a ser familiares, tanto como la Anglo-Persa que penetra en los nuevos mercados con entusiasmo. Un anuncio en una revista alemana en 1936 describe un mecánico de avión trabajando heróicamente bajo una gran pantalla de BP.

Anuncios para BP Plus, “Pon algo más que los demás no tienen”, arrastran a los consumidores a los dispensadores, mientras que otros anuncios con llamativas ilustraciones modernistas ayudan a la gente a ver el potencial de desplazarse al campo en coche.

Persia cambió su nombre por el de Irán en 1935 y para modernizarse la compañía hizo lo propio. Pero los buenos tiempos no durarían mucho.

Gasolina “Compartida” y algunas curiosas innovaciones
Todo cambió en el otoño de 1939 cuando el Reino Unido entró en la II Guerra Mundial. De repente la gasolina fue una comodidad racionada, y BP, Shell y otras marcas en venta en el Reino Unido se reunieron bajo la marca genérica “Pool”. La nacionalidad triunfó sobre la viabilidad comercial, y BP creció en un continente detenido abruptamente.
Winston Churchill solicitó de nuevo apoyo a la Anglo-Iraní para afrontar los esfuerzos que suponía una guerra, esta vez para pedirles todo lo que tuvieran. Los empleados pusieron su experiencia al servicio de iniciativas curiosas e innovadoras. Por ejemplo, quemaban petróleo en los márgenes de las pistas de aterrizaje para aclarar la niebla y permitir el despegue y aterrizaje de los aviones y ayudaron a manipular el oleoducto gigante que arrastraba a los barcos aliados en su camino a Normandía.

Las tres disciplinas del ejército Británico utilizaban combustibles y lubricantes provenientes de la compañía propiedad de BP, Castrol.

La aviación adquirió un papel relevante durante la II Guerra Mundial. Los aviones americanos utilizaban carburante de aviación de dos marcas patrimonio de BP, Amoco y Sohio, entre otras. La fuerza aérea británica cambió a la Anglo-Iraní, que acababa de encontrar una manera de mejorar la eficiencia de sus combustibles. Pero la cantidad que necesitaban era mayor que la que la refinería de Abadan podía suministrar, a lo que se añadió el hecho de que tres barcos cargados de este suministro fueron hundidos.

El mar abierto era peligroso, Durante la guerra, 44 tanques de la compañía fueron hundidos, matando a 657 personas y tomando a 260 como prisioneros de guerra.

Preocupados por el riesgo que suponía el transporte de petróleo de Irán al Reino Unido, el Gobierno Británico pidió a la Anglo-Iraní que buscara más petróleo en suelo británico del que previamente habían descubierto. La compañía al verse obligada, aumentó la producción en el campo de Nottingham, Inglaterra. Y aunque las cantidades obtenidas eran relativamente pequeñas, ayudaron al país a salir adelante—convirtiéndose en uno de los secretos mejor guardados de la II Guerra Mundial.

Tiempos difíciles también en Persia
En las instalaciones de Irán durante la guerra la situación también era complicada. La entrada en escena de Japón había convertido a la refinería de Abadan en un objetivo prioritario. Cuando las tropas aliadas fueron a asegurar la refinería, 3 empleados murieron bajo el fuego amigo.

La escasez de la cosecha de trigo convirtió en penosa la situación de las 200.000 personas que vivían en Abadan y para las 80.000 más que vivían en pueblos y aldeas junto a los campos petrolíferos. La Anglo-Iraní envió a un representante de Londres para gestionar la crisis. Las cisternas transportaban raciones de comida desde la India y Australia. Desde el Reino Unido se enviaba ropa de segunda mano.

Pero las cosas aún fueron a peor antes de solucionarse del todo. El tifus y la viruela arrasaron la población, algo parecido a la histeria se instaló en la comunidad.
Posguerra 

 Como muchas otras compañías, la Anglo-Iraní, que posteriormente se convertiría en BP, perdió mucho en la II GM. Pero como tantas otras tuvo la determinación necesaria para poder salir adelante.

La reconstrucción de Europa hizo que la Anglo-Iraní invirtiera en refinerías en Francia, Alemania e Italia, además de nuevos esfuerzos comerciales en Suiza, Grecia, Escandinavia y Holanda. La gasolina BP se puso a la venta por primera vez en Nueva Zelanda.

Pero esta frágil estabilidad pronto sería echada abajo por las crisis políticas producidas por el petróleo en Oriente Medio, con temblores que sacudirían a la compañía.

Finaliza una era, comienza una nueva
William D'Arcy pensaba que los yacimientos de Oriente Medio eran una mina de oro que había transformado la región, convirtiendo la pobreza de sus países en ingresos económicos e influencia política.

¿Pero era suficiente? A nacionalistas de todo Oriente Medio les molestaba que compañías occidentales obtuvieran un beneficio a través de materia prima de sus países. Con el Imperialismo Británico resquebrajándose, un sentimiento anti británico se extendió rápidamente por todos estos países.

Entre estos nacionalistas, el Primer Ministro Iraní hizo un discurso vehemente en contra de la presencia de la Anglo-Iraní en Irán. En 1951 convenció al Parlamento Iraní de nacionalizar las operaciones petrolíferas dentro de los límites de su territorio.
Mujeres y niños tuvieron que ser evacuados. La refinería cesaba su actividad. Tres meses después, finalizó todo el debate político con el abandono del país del último empleado de la Anglo-Iraní.

Tras un periodo en punto muerto, Gobiernos de todo el mundo boicotearon el petróleo iraní. En 18 meses la economía iraní estaba en la ruina. La agitación en las calles pedía resignación al Primer Ministro. Cuando los partidos volvieron al Parlamento decidieron establecer un nuevo status que permitiera el funcionamiento de un consorcio de compañías, que incluía a Standard Oil of Indiana (Amoco) y otras más, para gestionar las operaciones petrolíferas en Irán. La participación de la Anglo-Iraní ascendía a un 40%.

El pacto entre caballeros entre el antiguo Shah de Persia y William D’Arcy había llegado a su fin. En 1954, el Consejo cambiaba el nombre de la compañía por el de British Petroleum Company.

lugares inesperados
En los años 60 la tecnología de exploración había avanzado bastante, pero seguía siendo un proceso largo y una ciencia inexacta. Malta parecía prometedor, pero quedó en nada. ¿Y en Australia? Muy poco. ¿Papua Nueva Guinea? Al final no. Las expediciones en Abu-Dhabi, Nigeria y Libia fueron más productivas. La compañía había buscado petróleo durante más de 50 años en el Reino Unido sin éxito. Entonces la ONU en 1964 extiende los derechos de las naciones sobre las aguas territoriales. En el año siguiente, BP encuentra gas natural en el Canal de la Mancha como para abastecer una ciudad inglesa de tamaño medio.
Pero un gran descubrimiento esperaba en Alaska, en 1968 tras una década de perforaciones en toda la vertiente norte y cuando BP estaba a punto de abandonar la búsqueda. El equipo estaba empaquetado y esperando al barco que lo trajera de regreso cuando un consorcio rival le hizo una oferta sospechosamente alta por sus terrenos de Bahía de Prudhoe. Atlantic Richfield (ARCO) y Humble Oil (Exxon) no estaban de acuerdo, pero en sus última perforación en Prudhoe encontraron petróleo.

BP comenzó a buscar de nuevo y en 1969 logró entrar en contacto con la mayor reserva de petróleo jamás encontrada en todo el continente Norte Americano.

Mientras en el Reino Unido, la exploración submarina se había trasladado desde el Canal de la Mancha al Mar del Norte aunque difícilmente nadie, incluido BP, hubiera creído que hubiera petróleo. “Aquí no habrá petróleo” dijo Sir Eric Drake. Primer Ejecutivo de BP, a Reuters en 1970. Seis meses después se establecía el campo de Forties, el cual produce 400.000 barriles de petróleo crudo diario.

Finales de siglo

En 1970, todas las compañías tenían un rol que cumplir, lo quisieran o no, en uno de los capítulos más desafortunados de la historia de la energía global.
Los años 70 influirían en las estrategias de BP durante el resto del siglo XX.

El mundo del petróleo da un giro
Todo comenzó con la subida al poder en Libia de Muammar al-Ghaddafi tras un golpe de estado. En 1971 anunció una reducción en la cantidad de petróleo que salía del país. Al poco tiempo, las tropas británicas que habían permanecido en Irán durante más de un siglo abandonaban el país. Entonces Irán aprovechó para hacerse con unas pequeñas islas cerca del estrecho de Hormuz, y Ghaddafi —enfadado por lo que entendía como fracaso británico de prevenir el estado de sitio— castigó a BP. Ghaddafi nacionalizó las acciones de BP en Libia.

Después de estos acontecimientos, todas y cada una de las naciones ricas en petróleo — Irán, Iraq, Arabia Sausí, Abu Dhabi, Qatar — anunciaban la nacionalización de sus materias primas en un periodo máximo de 10 años.

El efecto en BP fue importante. En 1975 los barcos de BP transportaban 140 millones de toneladas de petróleo desde Oriente Medio. En 1983 el número de toneladas se había reducido hasta los 500.000. En este periodo el total del suministro de BP procedente de Oriente Medio había pasado de un 80 a un exiguo 10%.

Como compañía que había basado toda su estrategia en el petróleo de Oriente Medio, BP debía ahora cambiar completamente sus argumentos.
Hazañas de ingeniería y el despertar de la preocupación por el medioambiente
Afortunadamente para BP, acababa de descubrir otros yacimientos petrolíferos en otras partes del mundo, incluida la Bahía de Prudhoe en Alaska y Forties en la costa escocesa.

Ahora la compañía debía pensar en cómo transportar el petróleo desde esos lugares remotos a sitios donde pudiera ser almacenado, cargado en barcos o refinado en gasolina. Algo que pondría a prueba la destreza de los ingenieros así como su compromiso con el medio ambiente.

Yacimiento de Forties
El yacimiento de Forties se encontraba a 160 kms de la costa más cercana, a más de 100 metros de profundidad. Los ingenieros de BP debían diseñar una plataforma de producción con extremidades lo suficientemente largas para asentarse sobre el mar del Norte y lo suficientemente robustas como para convivir con los duros inviernos. El oleoducto sería el mayor del mundo construido bajo el mar, por lo que tendría que ser seguro para resistir las corrientes y la corrosión.
Yacimiento de la Bahía de Prudhoe
Este sistema tardaría un par de años más en entrar en funcionamiento en Alaska. El descubrimiento de BP abrió un debate nacional sobre las consecuencias medioambientales de la extracción de petróleo en una frontera ecológica, por lo que el proceso tuvo que ser aprobado previamente por el Gobierno de los EEUU.

De unos 1200 km de longitud, el oleoducto Trans-Alaska fue la obra de ingeniería civil más grande de todo Norte América y una de las más vigiladas. BP Y Atlantic Richfield recopilaron multitud de informes de evaluación de riesgos medioambientales. El diseño final del oleoducto incluía un espacio alrededor para que el calor del petróleo no derritiera la capa subterránea de hielo. En las áreas de paso del caribú se elevó el oleoducto para asegurar que los hábitos de migración fuesen respetados.

Del extenso debate sobre Alaska, BP aprendió a tratar con importantes consideraciones medioambientales al comienzo de grandes proyectos. Y lo más importante es que BP había encontrado la pasión necesaria para afrontar estos retos con confianza y determinación.

Nuevo enfoque
En 1987 el Gobierno Británico vendió sus últimas participaciones en BP, con lo que la empresa completó su privatización. En este periodo la compañía aceleró el proceso de liquidación de negocios que no constituían el núcleo de BP, que estaba formado por: exploración, refino, transporte y venta de petróleo.

En los últimos años de la década de los 90, con una dura competencia que estaba provocando constantes fusiones de empresas, BP y Amoco se unieron para formar BP Amoco. Entonces ARCO, un viejo rival de BP en la vertiente norte de Alaska se unió también. Más tarde, tanto Castrol como Aral entraron a formar parte del Grupo.

BP había encontrado un nuevo impulso.

 Nuevo milenio

Tan pronto como se acercaba el nuevo milenio, todo el mundo miraba hacia el futuro. Los científicos, claro está, no eran una excepción, y a muchos de ellos no les gustaba lo que veían. El cambio climático planteaba una amenaza a la Tierra cada vez mayor.

El siglo XX ha basado su abastecimiento energético en el petróleo y todo apunta a que va a ser así durante el XXI. Con proyectos a largo plazo en Rusia, el Caspio y en otros lugares, BP ha conseguido importantes cantidades de petróleo y gas. Además, con las nuevas tecnologías, también aplicadas a su equipamiento de exploración, abre nuevos caminos en la búsqueda de combustibles fósiles.
Discurso de John Browne, primer ejecutivo de BP en 1997
En su famoso discurso en la Universidad de Stanford, Lord Browne pidió “un balance entre las necesidades de desarrollo y las necesidades de protección del medio ambiente”. Sir John Browne había sido el primer Ejecutivo de una empresa energética en hacer publica la necesidad de actuar para paliar los efectos del calentamiento global y del cambio climático. Y BP, como él mismo dijo, debía compartir esa responsabilidad.
Energía en todas sus formas
Con el comienzo del nuevo milenio, la gente de BP comenzó a buscar nuevas formas de energía con un bajo índice de emisiones de carbono, mientras trabajaban en la reducción de su nivel de emisiones propias.

BP se involucró en la campaña europea “Ciudades Limpias” con el lanzamiento de un proyecto de intercambio de emisiones y la expansión del sector de energía solar que ahora también incluía los activos de Amoco.

Una nueva marca
En el año 2000, después de un periodo de crecimiento en el que se sumaron al Grupo Amoco, ARCO y Castrol (Un poco más tarde Aral), BP desarrollaba una nueva y única marca global. Su identificador era una explosión de sol de color verde, amarillo, y blanco, símbolo de la energía en todas sus formas dinámicas.

Bajo su nueva bandera, BP daba grandes pasos dirigidos a combatir los efectos del cambio climático. Instalando paneles solares en sus estaciones de servicio, llevando la energía solar a remotos pueblos de Filipinas, introduciendo nuevos motores más limpios… Y creando una nueva unidad llamada Alternative Energy dedicada a la investigación y desarrollo de nuevas formas de energía con bajo nivel de carbono – solar, eólica, gas natural, hidrógeno- un negocio viable, amplio y rentable.

Conscientes también de la demanda inmediata de la economía mundial, BP se fijó en el nuevo oleoducto Baku-Tblisi-Ceyhan, con una capacidad de transporte de un millón de barriles de petróleo diarios desde el Caspio, para sus proyectos en Angola, Rusia y el Golfo de México.

Desde su primera e incierta búsqueda de petróleo en Persia, BP se ha convertido en una compañía energética global, proporcionando grandes cantidades de combustible fósiles y haciendo una búsqueda exhaustiva de alternativas bajas en carbono. Algunos podrán pensar que BP ha llegado a ser (o quizás siempre lo ha sido) una organización que encarna la energía en todas sus formas.
English Portuguese German Spain Italian French Dutch Russian Japanese Arabic Chinese Simplified

Introduzca su Email: